martes, 15 de abril de 2008

Operación “Ira de Dios”


En septiembre de 1972, un atentado terrorista sin precedentes fue retransmitido en directo para 900 millones de telespectadores, augurando el comienzo de un nuevo mundo marcado por una violencia impredecible.

La "Masacre de Munich" comenzó en la madrugada del 5 de septiembre, cuando siete terroristas tomaron el sector de la Villa Olímpica que ocupaba la delegación de Israel. Un grupo extremista palestino entró en la Ciudad Olímpica, mató a dos miembros del equipo olímpico israelí y tomó a nueve rehenes. El grupo denominado "Septiembre Negro", exigía la liberación de 234 palestinos presos en cárceles israelíes y dos más encarcelados en Alemania, así como su traslado seguro a Egipto. La respuesta de Israel fue inmediata y contundente: no habría negociación.
Las autoridades alemanas, rechazaron el ofrecimiento por parte de Israel de enviar un grupo de fuerzas especiales de su país. La policía alemana que tomó parte en la operación no contaba con entrenamiento especializado en operaciones de rescate de rehenes.

El plazo para la ejecución de los deportistas pasó de tres a cinco horas tras las conversaciones llevadas a cabo por las autoridades germanas. Los embajadores de Túnez y Libia en Alemania también ayudaron intentando ganar concesiones de los secuestradores, pero fue inútil.
Finalmente los terroristas exigieron un transporte para El Cairo. Las autoridades fingieron llegar a un acuerdo y dos helicópteros transportaron a los asaltantes y a sus rehenes a una base aérea. Cinco francotiradores alemanes fueron seleccionados para disparar a los secuestradores.
A media noche se exigió a los secuestradores que se rindieran. Cuatro minutos más tarde uno de los terroristas saltó del primer helicóptero lanzando una granada a su interior, que explotó con cuatro atletas israelíes y un piloto en su interior. Los rehenes del segundo helicóptero murieron durante el tiroteo. Los tres terroristas restantes fueron capturados.

El 5 de septiembre la primera ministra de Israel Golda Meir abogaba al resto de naciones a reprobar el bárbaro acto criminal. El ataque fue ampliamente condenado por todo el mundo, incluidos significativos personajes árabes como el rey Hussein de Jordania.
Las autoridades alemanas encarcelaron a los tres terroristas supervivientes y crearon la unidad antiterrorista para dar una respuesta contundente en futuras acciones de rescates de rehenes.

El 9 de septiembre la fuerza aérea israelí bombardeó como respuesta las bases de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Siria y Líbano, ataque reprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU. Asimismo una resolución de la ONU de condena de los hechos de Munich amparada por los Estados Unidos fue rechazada.

Los hechos acaecidos en Munich traerían consigo una espiral de violencia por parte de Israel, con el fin de dar caza a los supuestos responsables del acto terrorista. Tras el ataque a la villa olímpica y la posterior liberación de estos tres terroristas, Golda Meir y el Comité de Defensa Israelí dieron órdenes secretas al Mossad de matar, allí donde se encontrasen, a los once hombres de Septiembre Negro y del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) que planificaron y organizaron la matanza de los atletas israelíes. Para ello el servicio secreto israelí creó una unidad encubierta que sería ayudada por las células de información israelíes instaladas en Europa. Esta misión se conocería más tarde como operación Ira de Dios.

Un mes después de la masacre de los deportistas en Munich, se produjo la primera emboscada. En octubre, Adel Wael Zuaiter, representante oficial de la OLP en Italia, cayó tiroteado en Roma. En tan sólo diez meses, doce palestinos relacionados con Septiembre Negro fueron asesinados. Unos de forma discreta, atacados en sus domicilios. A otros, en Roma y París, les dispararon en plena calle desde un coche. En Nicosia y la capital francesa se hicieron estallar bombas activadas por control remoto.

Septiembre Negro pronto descubrió que sus hombres estaban siendo eliminados uno a uno y no tardó mucho en intuir el origen de las represalias. En noviembre, un periodista sirio que trabajaba como confidente de los israelíes fue asesinado en París. Dos meses después, esta cadena de venganzas llegó a España. Un empresario israelí fue acribillado en la Gran Vía de Madrid.

De aquellos que planearon o ejecutaron la matanza de Munich únicamente Mohammed Daoud Oudeh, el que se dice fue el que concibió la acción, sigue vivo en Amman, Jordania.

Monumento en recuerdo de los deportistas asesinados,
Munich - Alemania

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